A.L.F.I.L. vuelve a la ciudad. Le cuesta cruzar los semáforos, se pierde entre calles que antes conocía milimétricamente. Busca antiguos amigos, busca al Negro, busca a R. la ex-virgen, busca a los poetas borrachos en los bares, busca luces en el fondo de los túneles oscuros del metro. Pero no hay nada. Algo se ha perdido en A.L.F.I.L., una luz en el fondo del ojos ahora opaco y seco.
¿Qué pasó en Afsana? Nunca lo sabremos con exactitud, sólo que da la certeza de que Repticristo, Dios y Salvador original ha muerto. A.L.F.I.L. se pasea sienta en todas las bancas del paseo ahumada y ve a los pastores predicar. Siente frío y nauseas y más que nada un profundo desprecio. Le gustaría volver a tener esa locura juvenil, ese temblor consciente en las manos al hablar, y pararse delante de todos los predicadores y escupirles a la cara la Gran Verdad que descubrió en Afsana.
-¡Dios Ha Muerto! - y gritarlo tan fuerte que deje a los predicadores sangrando por los ojos mientras buscan a tientas el cielo.
Luego recuerda que hace muchos años alguien ya lo hizo.
Y antes de el, uno o dos más.
Enciende un cigarrillo y deja que las cenizas simbolicen su tiempo.
-Debo buscar un trabajo - dice.
martes, 12 de junio de 2012
martes, 6 de octubre de 2009
Afsana
A.L.F.I.L. escucha sentado desde la barra del bar, como un anciano narra una guerra que está por ocurrir, o que quizás ya ocurrio...
martes, 4 de agosto de 2009
Personas, personajes, dioses
El A.L.F.I.L. camina por las estrellas calles del mercado de Afsana. A veces tiene nauseas por los pescados algo descompuestos que descansan sobre amplios pedazos de tela en el suelo, a veces se siente elevado por la pureza de las jugosas frutas que le sacan pica desde sus canastos. El A.L.F.I.L. tiene los bolsillos vacios. Luego de predicar un par de horas tiene suficiente para un pan y un vaso de leche. O una Cerveza quizás. Piensa en que echarse a la boca cuando Elvis lo saluda desde lejos. ¿Tú eres el Mesías Repticristiano? Pero la autoestima del A.L.F.I.L. anda por el suelo, así que se da vuelta buscando a otro mesías del mismo Dios ¿Tú eres el A.L.F.I.L. no? Elvis sonríe y su diente de oro brilla a la luz del sol de Afsana. Vamos, te invito a comer algo. El A.L.F.I.L. asiente. Una palmada en el hombro. Yo también tuve mi propia religión ¿Sabes? Sé lo difícil que es para alguien que recién comienza. La gente pensaba que lo mío era la música, pero la verdad es que el negocio era la salvación. Cualquier medio es válido. Jesús usó el miedo y la culpa, yo usé el amor y los movimientos pélvicos. Pero bueno A.L.F.I.L…. relájate, no pasa nada, no llores.
Elvis se saca los enormes anteojos de celuloide. Mira al A.L.F.I.L. a los ojos. Qué pasa ¿Necesitas dinero?... Si, lo sé… al final los dioses sólo nos usan. La gracia es ser tu propio Dios, como yo. Todas las ofrendas llegan a mí, luego las vendo y consigo algo de dinero ¡Oh Dios mío! Lloras como una niña… Ok, ok, toma unos pesos. Ven a verme cuando necesites algo ¿Ok?
Elvis se pone de pié, hace un movimiento de cadera que no viene al caso y camina hasta perderse en la multitud.
A.L.F.I.L. reconsidera si Repticristo existe. Quizás A.L.F.I.L. debería ser su propio dios
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domingo, 2 de agosto de 2009
A.L.F.I.L. dice
... El A.L.F.I.L. quiere decir:
Elvis está vivo. Vive con Michael Jackson en una pequeña casa de Afsana. En la esquina nor-oeste, contra la muralla, entre el bazar "Hamelt" y una pequeña tienda de dulces estilo frances. Elvis ya no es gordo, ni canta. Michael Jackson ya no se acerca a los niños, o más bien, los niños no se acercan a él. En Afsana no hay protesis de silicona para reemplazar narices, ni orejas, ni senos...
Elvis está vivo. Vive con Michael Jackson en una pequeña casa de Afsana. En la esquina nor-oeste, contra la muralla, entre el bazar "Hamelt" y una pequeña tienda de dulces estilo frances. Elvis ya no es gordo, ni canta. Michael Jackson ya no se acerca a los niños, o más bien, los niños no se acercan a él. En Afsana no hay protesis de silicona para reemplazar narices, ni orejas, ni senos...
viernes, 31 de julio de 2009
Afsana
... Los altos muros parecen ser de barro. Un castillo de arena gigante, hecho por gigantes. La gente de Afsana es más alta, más bella, más callada. No miran mal al A.L.F.I.L. por declamar parado en un cajon de fruta. Repticristo... repticristo... el puñado de monedas esparcidas sobre un pañuelo rojo serán suficientes para comer algo, para no dormir bajo las estrellas frías del desierto....
lunes, 27 de julio de 2009
Cuestionamientos
El A.L.F.I.L. vuelve a Afsana en busca de inspiración. No puede sacarse de la cabeza su fracaso como compositor. Se niega a pensar que Repticristo lo engaño, que todo fue una burla. Prefiere pensar, mejor, que está estresado, que la memoria colectiva, que Obama es como Jackson, pero al revés; un blanco disfrazado de negro. Toma sus maletas, y se larga de la urbe mal agradecida. Piensa en R, la ex virgen. Probablemente se tome la iglesia de nuevo, quizas haga de repticristo una cocodrila de minifalda... pero bueno, si no ella, quién se hará cargo, piensa, antes de subirse al bus sin letrero que lleva a ese desierto indómito, inexplorado. En el camino escucha a Miles Davis con su disco Kind of blue, A Birdy Parker, a John Coltrain… se deja llevar por las escalas eternas, siempre nuevas mientras ve como el paisaje va cambiando de color. Las ciénagas del sur y su aroma a azufre, a descomposición. Piensa en Dante y la inmortalidad del cangrejo. Piensa A.L.F.I.L. piensa, sólo que no hay tribuna a quien mostrarle los sesos. El piano tranquilo, sin apuro y juguetón a veces parece desencajar con la grandeza del desierto de Afsana. El camino se hace de tierra, de arcilla, de cráneos aplastados. La ciudad mítica está cerca. Ya se ve la mano enorme que esconde un gigante bajo la tierra. Ya se ve la gente oscura que camina lento aunque esté apurada. Ya se ven las armas, las jarras de agua, de vino. Las paredes de esa ciudad amurallada que oscurecen el sol con su altura. Ya se ve la blasfemia, la pequeña torre de babel. Ya se ven los dioses, todos iguales, todos bienvenidos. Ya se ve el paraíso. Ya se ve Afsana.
viernes, 13 de febrero de 2009
Iluminación colectiva!
No! El A.L.F.I.L. no ha muerto, ni se ha perdido en la selva, ni se convirtió a la religión de Afsana.
No! El A.L.F.I.L. no dejo a Repticristo, aunque si a la Ex-virgen, por que se le subieron los humos a la cabeza, y quiso tomarse la iglesia del Repticristo por las malas, mientras el A.L.F.I.L. se encontraba escribiendo una obra maestra.
No! No son más traducciones de los papiros.
No! No es una maravillosa historia sobre la virtud del señor de los reptiles.
Si!
SI! Es una canción!
UNA CANCIÓN QUE DEBÍA ENZALSAR EL ESPÍRITU, ELEVARLO A SU MÁXIMA EXPRESIÓN.
Todo ocurrió en la pequeña cueva frente a la playa donde el A.L.F.I.L. se ha recluido para crear el arte místico. Una noche, sentado frente al mar, se le vino el eco, el aroma de unas letras, de una melodía pegajosa perfecta para alertar a los fieles, para elevar sus espíritus. Gracias Ouruboros, gracias, pensaba, mientras se hacía un pequeño corte en el dedo para escribir sobre las piedras claras de la cueva la letra magistral, la sinfonía divina que haría a Repticristo el gran mesías de la nueva era.
-¡Todos estos meses! Nada ha sido en vano... se decía mientras escribía con una pasión tan parecida al amor, y a la ira. luego, exhausto, un poco anémico, se recostó sobre la arena blanca y durmió por tres días.
Luego despertó y todo le parecía nuevo, hermoso. Vio lo que había escrito en la pared, letras rojas, vivas, llenas de emoción. La canción, el oda máximo. Se llamará "Abrazo". Y luego se dedicó a cantarla y memorizarla para transmitirla a los, cada día menos, seguidores.
A la semana siguiente, ya instalado en Santiago, realizó una reunión con sus seguidores para iluminarlos con la obra.
Sentados, comiendo papas fritas hechas por su madre, lo miraban relatar los extraordinarios hechos que lo llevaron a la revelación. El cansancio, la ira divina, la luces que explotaban en su cabeza a medida que la sangre fluía por su santo dedo. Y luego comenzó. Su voz divina ilumino a sus hermanos;
No! El A.L.F.I.L. no dejo a Repticristo, aunque si a la Ex-virgen, por que se le subieron los humos a la cabeza, y quiso tomarse la iglesia del Repticristo por las malas, mientras el A.L.F.I.L. se encontraba escribiendo una obra maestra.
No! No son más traducciones de los papiros.
No! No es una maravillosa historia sobre la virtud del señor de los reptiles.
Si!
SI! Es una canción!
UNA CANCIÓN QUE DEBÍA ENZALSAR EL ESPÍRITU, ELEVARLO A SU MÁXIMA EXPRESIÓN.
Todo ocurrió en la pequeña cueva frente a la playa donde el A.L.F.I.L. se ha recluido para crear el arte místico. Una noche, sentado frente al mar, se le vino el eco, el aroma de unas letras, de una melodía pegajosa perfecta para alertar a los fieles, para elevar sus espíritus. Gracias Ouruboros, gracias, pensaba, mientras se hacía un pequeño corte en el dedo para escribir sobre las piedras claras de la cueva la letra magistral, la sinfonía divina que haría a Repticristo el gran mesías de la nueva era.
-¡Todos estos meses! Nada ha sido en vano... se decía mientras escribía con una pasión tan parecida al amor, y a la ira. luego, exhausto, un poco anémico, se recostó sobre la arena blanca y durmió por tres días.
Luego despertó y todo le parecía nuevo, hermoso. Vio lo que había escrito en la pared, letras rojas, vivas, llenas de emoción. La canción, el oda máximo. Se llamará "Abrazo". Y luego se dedicó a cantarla y memorizarla para transmitirla a los, cada día menos, seguidores.
A la semana siguiente, ya instalado en Santiago, realizó una reunión con sus seguidores para iluminarlos con la obra.
Sentados, comiendo papas fritas hechas por su madre, lo miraban relatar los extraordinarios hechos que lo llevaron a la revelación. El cansancio, la ira divina, la luces que explotaban en su cabeza a medida que la sangre fluía por su santo dedo. Y luego comenzó. Su voz divina ilumino a sus hermanos;
Sentado frente al mar
mil rezos yo le di
después le dije adiós
todo termina aquí
y el me dijo así
que el mundo es de todos
salgamos a correr
busquemos el ayer
que nos hizo ver a Ouruboros
Repticriiii-iiiiissstoooo
Repticriiii-iiiiissstoooo
me aleje de ti
sin saber porque
mil rezos yo le di
después le dije adiós
todo termina aquí
y el me dijo así
El A.L.F.I.L. movía su cuerpo de a cuerdo a los gestos de la canción, sus venas, iracundas, se llenaban de sangre de las notas altas y los asistentes, estupefactos, lo miraban con la boca abierta. La hice, pensó el A.L.F.I.L., y cantaba con más y más pasión.
Abrazame y veras que el mundo es de todos
salgamos a correr
busquemos el ayer
que nos hizo ver a Ouruboros
Las caras de algunos contertulios comenzaron a cambiar. Un par aclararon su garganta y uno solo osó pararse con la excusa de ir al baño. La ex-virgen, que se encontraba presente aunque no fue invitada, se preparaba para corear la canción, y aplaudía con efusividad. Algo pasa, pensó el A.L.F.I.L..
Repticriiii-iiiiissstoooo
Repticriiii-iiiiissstoooo
me aleje de ti
sin saber porque
Pero nadie siguió el coro, nadie cantó, excepto la ex-virgen, que ni siquiera dio con las notas ni la letra, pues en vez de decir Repticriiii-iiiiissstoooo, decía algo así como puerto montt, puerto montt. El A.L.F.I.L. termino la canción con pesades en el corazón. Recibió algunos palmetazos en la espalda. Se hace lo que se puede. Viva repticristo hermano, le dijo el negro, que bebía en el fondo de la sala, mirando el suelo la mayoría del tiempo.
El A.L.F.I.L. se miro a si mismo en un espejo, y por vez primera, supo lo que era realmente, sentirse como un iracundo.
El A.L.F.I.L. se miro a si mismo en un espejo, y por vez primera, supo lo que era realmente, sentirse como un iracundo.
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sábado, 18 de octubre de 2008
Turudías
No es que el A.L.F.I.L. se quede pegados en los turudías, él anda trabajando en las traducciones, y necesita de los turudías como preparación para la pesada tarea. El Alferez Roman hace lo mismo cuando compone la música divina para el Gran Reptil. Espero que el A.L.F.I.L. recuerde subir los nuevos temas que su colaborador ha creado, pero con tanta turupá como que anda más lento, y ya no me llama como antes, a media noche, con voz beoda para decirme buenas noches al oido. Igual, a mi no me invita a los turudías por que dice que sólo estan los personajes mas importantes, incluso a veces va el Divino Antricristo y el Profeta de peñalolen y discuten sobre politica y las cosas que le interesan a la gente. Hombres sabios, eso dice el. Quiero que me llame.
Detesto la espera de los turudías.
Detesto la espera de los turudías.
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jueves, 2 de octubre de 2008
!Negro, el iluminado!
Era un jueves en la mañana y estábamos dando un examen de Medicina Legal. El A.L.F.I.L., como buen estudiante, había preparado la prueba con esmero, y cariño, pues el A.L.F.I.L. ama el estudio por sobre todas las cosas... Pero el Negro es distinto, el negro ama la piscola por sobre todas las cosas, y las mujeres y la noche que cae como un estimulante sobre su cerebro enmohesido.
El Negro llega de lentes oscuros, piel pálida y la misma chaqueta que usa en esa foto (probablemente sacada la noche anterior). Me saluda con una sonrisa fétida a cigarrillo y luces fluorescentes, y me dice "¡Socio, hoy me entrego a Repticristo!". Empieza la prueba, la mirada frígida de la profesora y los ronquidos inconscientes del profesor jefe - antigua eminencia en odontología pesan sobre nuestro hombros. No copiar, no mirar al lado. todos los lugares comunes de los exámenes. El hálito del Negro atraviesa el aula. Me concentro. Me concentro. Me concentro. termino la prueba, salgo, un café.
El Negro llega de lentes oscuros, piel pálida y la misma chaqueta que usa en esa foto (probablemente sacada la noche anterior). Me saluda con una sonrisa fétida a cigarrillo y luces fluorescentes, y me dice "¡Socio, hoy me entrego a Repticristo!". Empieza la prueba, la mirada frígida de la profesora y los ronquidos inconscientes del profesor jefe - antigua eminencia en odontología pesan sobre nuestro hombros. No copiar, no mirar al lado. todos los lugares comunes de los exámenes. El hálito del Negro atraviesa el aula. Me concentro. Me concentro. Me concentro. termino la prueba, salgo, un café.
A los pocos minutos aparece mi compipa Negro, y nos alejamos de las aulas a comentar. Limpia una cerveza con su polera, llena de manchas negras, y pone cara de asco cuando le ofrezco café. Repticristo es grande, me dice, mientras da los primeros sorbos a su lata de Stella, obviamente tibia. Contesté con los ojos cerrados, no podía leer, me dijo, pero algunas letras me tincaban más que otras, y así termine el examen. Sorbí mi café en silencio. Que equivocado estás amigo, Repticristo es un buen Dios, pero no hace milagros, pensé, mientras palmeaba la espalda de mi amigo Negro mientras hacía arcadas doblado sobre un basurero. Ya me siento mejor, dijo, ya me siento mejor.
Durante la tarde aparecieron los resultados de las prueba. Mi amigo Negro había sido bendecido con el primer milagro Reptiliano. Saco la mejor nota del examen. ¿Increible? ¿No cree lás palabras del A.L.F.I.L.? !Sólo consulte con algún amigo que frecuente nuestra casa de estudios, él dará viva fé de tan monumental milagro!
pd.: Mande estas letras a sus diez mejores amigos y Repticristo lo bendecirá con un milagro, mandelo a veinte, y serán dos. Si lo manda a treinta seguiran siendo dos, ya que Repticristo no se considera un Djinni ni nada parecido.
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domingo, 31 de agosto de 2008
Reptitodos!
El negro vino a mi casa, a estudiar un poco, pero terminamos conversando más que aprendiendo. Encenció mi computador, y vio las sessiones; A.L.F.I.L., con una pequeña foto mia, y otra llamada Repticristo, con una foto del gran reptil.
-¿En cual entro? - me peguntó.
-En Repticristo pos, mano - le respondi, jovialmente.
-¿Pero... acaso Repticristo no es el salvador?
-¿Hermano, Repticristo somos todos!
-¿En cual entro? - me peguntó.
-En Repticristo pos, mano - le respondi, jovialmente.
-¿Pero... acaso Repticristo no es el salvador?
-¿Hermano, Repticristo somos todos!
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